La disfunción eréctil (DE) es un trastorno que afecta a muchos hombres, incluso a los que no padecen enfermedad renal. Sin embargo, en el caso de los hombres con enfermedad renal crónica (ERC), la incidencia de la DE es significativamente mayor. Se calcula que entre 20 y 30 millones de hombres en EE.UU. padecen disfunción eréctil. Sin embargo, es especialmente frecuente en los pacientes con ERC, ya que casi el 70% de ellos la padecen.
La enfermedad renal es un trastorno complejo que puede afectar a varios sistemas corporales fundamentales para el mantenimiento de la función eréctil. Cuando los riñones fallan, a veces puede producirse una fuga de sangre hacia el exterior del pene, lo que provoca la pérdida de la erección. Este proceso subraya la intrincada relación entre la función renal y el sistema vascular.
Las enfermedades renales también afectan a los niveles hormonales, lo que puede contribuir a la disfunción eréctil.
Estos desequilibrios hormonales pueden dificultar considerablemente la función sexual.
Con el tiempo, enfermedades como la diabetes, una de las principales causas de ERC, pueden dañar nervios y vasos sanguíneos esenciales para la función eréctil. Como consecuencia, la circulación sanguínea necesaria para mantener una erección puede verse comprometida, lo que provoca disfunción eréctil.
La enfermedad renal puede afectar a la fuerza general y a los niveles de energía, como demuestran síntomas como la pérdida de peso, la falta de apetito y el cansancio, que son frecuentes en pacientes con ERC. Estos síntomas, junto con otras complicaciones como la falta de aliento y la dificultad para dormir, pueden afectar negativamente al rendimiento sexual.
La disfunción eréctil puede producirse debido a enfermedades que afectan a los niveles hormonales, la circulación sanguínea y los niveles generales de fuerza y energía. Las enfermedades que afectan a la función nerviosa, como la esclerosis múltiple o una lesión de la médula espinal, también pueden causar impotencia. En el contexto de la enfermedad renal, estos factores combinados con un suministro sanguíneo deficiente y daños en los nervios pueden contribuir significativamente a la disfunción eréctil.
Cabe señalar que algunos medicamentos pueden recetarse con seguridad a las personas con insuficiencia renal para combatir la disfunción eréctil. El sildenafilo (Viagra), por ejemplo, se considera seguro para los riñones y puede recetarse a hombres con insuficiencia renal avanzada y función renal gravemente reducida que reciben diálisis. Las investigaciones indican que el 75% de los hombres en diálisis pueden desarrollar erecciones con el tratamiento con sildenafilo.
Aunque la diálisis es un tratamiento vital para las personas con insuficiencia renal, también es un importante factor que contribuye a la disfunción eréctil. La disfunción sexual es muy frecuente en los pacientes con ERC, especialmente en los que reciben diálisis. El estrés fisiológico del procedimiento puede exacerbar los síntomas de la disfunción eréctil.
También hay que tener en cuenta un componente emocional. Factores psicológicos como la depresión y la ansiedad pueden acompañar a menudo a enfermedades graves como la insuficiencia renal y agravar aún más los síntomas de la disfunción eréctil. Por lo tanto, un tratamiento integral que aborde tanto los aspectos físicos como los mentales puede ofrecer los resultados más beneficiosos para estos pacientes.
Los problemas urinarios y sexuales son frecuentes en la insuficiencia renal, pero a menudo se pasan por alto, ya que algunos médicos y enfermeras no tienen la formación adecuada en medicina sexual. Por lo general, los hombres con problemas renales pueden tomar medicamentos para la disfunción eréctil, como Viagra, de la forma habitual, a menos que tengan una función renal significativamente reducida. Siempre es mejor tratar este asunto con un profesional sanitario que conozca su historial de salud para garantizar el plan de tratamiento más adecuado y eficaz.
Modeling Week 2020