Los niveles elevados de triglicéridos pueden verse influidos por nuestras elecciones de estilo de vida, que implican principalmente la dieta, el ejercicio y hábitos como el consumo de tabaco. Es fundamental comprender cómo afectan los aspectos específicos de nuestro estilo de vida a nuestros niveles de triglicéridos para poder controlarlos eficazmente.
Una dieta rica en azúcar y carbohidratos refinados está relacionada con los triglicéridos altos. Es esencial evitar los alimentos elaborados con harina blanca o fructosa, ya que pueden aumentar significativamente los niveles de triglicéridos. En su lugar, debemos optar por hidratos de carbono más complejos y alimentos integrales, que tienen un menor impacto sobre los triglicéridos.
El alcohol es otro factor que contribuye a los niveles elevados de triglicéridos.
Reducir el consumo de alcohol puede ayudar a controlar los triglicéridos.
El alcohol afecta a la capacidad del hígado para metabolizar las grasas, lo que aumenta la producción de triglicéridos.
El ejercicio regular y el mantenimiento de un peso saludable forman parte integrante del control de los triglicéridos. Las calorías sobrantes se convierten en triglicéridos y se almacenan en forma de grasa. Por ello, perder peso, especialmente si se combina con ejercicio aeróbico, puede reducir significativamente los niveles de triglicéridos. La Asociación Americana del Corazón recomienda al menos 30 minutos de ejercicio aeróbico cinco días a la semana.
Aunque es esencial reducir el consumo de bebidas azucaradas, aumentar la ingesta de agua puede ayudar a controlar los triglicéridos. Las bebidas azucaradas pueden disparar nuestros niveles de triglicéridos, mientras que una hidratación adecuada puede ayudar a metabolizar las grasas de forma más eficaz.
Además de las modificaciones del estilo de vida, la medicación es un aspecto vital del tratamiento de los triglicéridos altos. Existen varias clases de medicamentos, como los fibratos, la niacina, los ácidos grasos omega-3, las estatinas y otros, que pueden controlar eficazmente los niveles altos de triglicéridos.
Los fibratos como el Fenofibrato y el Gemfibrozilo se utilizan a menudo para reducir los niveles de triglicéridos. Estos fármacos reducen la producción hepática de VLDL, un tipo de lipoproteína de baja densidad que transporta los triglicéridos por el torrente sanguíneo.
La niacina o ácido nicotínico es otro medicamento utilizado para disminuir el colesterol total, los triglicéridos, el LDL-C y la Lp(a). Se ha demostrado que esta vitamina B mejora significativamente los perfiles lipídicos y es una recomendación habitual para los pacientes con triglicéridos elevados.
Los ácidos grasos omega-3, también conocidos como aceite de pescado, pueden ayudar a reducir los triglicéridos. Para ello se requieren dosis elevadas de ácidos grasos omega-3, pero cabe señalar que también pueden obtenerse a partir de la dieta, sobre todo de los pescados grasos.
Las estatinas son un tratamiento muy conocido para el colesterol alto, pero también pueden reducir los triglicéridos. Las dosis altas de estatinas potentes como la simvastatina, la atorvastatina o la rosuvastatina pueden reducir los triglicéridos hasta aproximadamente un 50% y aumentar el colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL).
Los tratamientos emergentes como el Volanesorsen y la terapia génica con Alipogene Tiparvovec se muestran prometedores para el tratamiento de la hipertrigliceridemia. Estas terapias avanzadas pueden ofrecer nuevas esperanzas a los pacientes que no responden bien a los tratamientos más tradicionales.
El tratamiento farmacológico suele estar indicado en pacientes con niveles de triglicéridos de moderados a muy elevados. Es posible que a los pacientes con niveles de triglicéridos limítrofes con los elevados no se les prescriba inmediatamente medicación, pero aquellos con niveles de triglicéridos muy elevados suelen requerir tratamiento farmacológico además de cambios terapéuticos en el estilo de vida.
La combinación de cambios en el estilo de vida con medicación suele proporcionar los mejores resultados a los pacientes con triglicéridos altos. Mientras que la medicación puede ayudar a reducir rápidamente los niveles de triglicéridos, los cambios en el estilo de vida garantizan una solución a largo plazo para prevenir su recurrencia.
En los casos en que los cambios en el estilo de vida y la medicación no son suficientes, puede ser necesario remitir al paciente a especialistas o considerar terapias alternativas. Por ejemplo, endocrinólogos especializados en trastornos metabólicos o cardiólogos que puedan evaluar y controlar los riesgos cardiovasculares asociados a los triglicéridos elevados.
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